Entrevistamos a José Luis Ágreda, director de arte de Robot Dreams recientemente nominado al Oscar
Robot Dreams, un largometraje dirigido por Pablo Berger se ha convertido en una de las propuestas de animación mas relevantes de la industria gracias a su exitoso estreno en el Festival de Cannes, ganadora en Annecy, Sitges o los Premios Goya y recientemente por su nominación al Oscar en la categoría de mejor película animada.
Basada en la popular novela gráfica de Sara Varon del mismo nombre, nos cuenta la historia de DOG, un perro solitario que vive en Manhattan. Un día decide construirse un robot, un amigo. Su amistad crece, hasta hacerse inseparables, al ritmo del Nueva York de los ochenta. Una noche de verano, Dog con gran pena, se ve obligado a abandonar a ROBOT en la playa. ¿Volverán a encontrarse?
Platicamos con José Luis Ágreda, director de Arte de Robot Dreams sobre su proceso de trabajo y todo aquello que rodeó esta aventura animada.
¿Cómo conociste a Pablo Berger y por qué decidiste involucrarte en este proyecto?
Durante el estreno de la película Buñuel en el Laberinto de las Tortugas, en la que trabajé también como Director de Arte, Pablo me llamó para entrevistarme, aprovechando que sabía que estaba por Madrid. Él buscaba Director de Arte para un proyecto nuevo y quería ver si podíamos encajar. La entrevista fue muy bien, y la película tal y como me la contó Pablo tenía una pinta increíble. Yo iba ya predispuesto porque le tengo mucha admiración como director y guionista.
En ese momento estaba a punto de salir para Kilkenny (Irlanda) para trabajar en Cartoon Saloon, pero apalabramos la colaboración y cuando consiguieron levantar el proyecto me volví a España para montar el equipo.
¿Conocías con anterioridad el trabajo de Sara Varon? ¿Qué fue lo que más te enganchó de Robot Dreams?
No conocía el libro. De hecho, Pablo me pasó el guión y el libro, pero me pidió que leyera antes el guión para tener así mis propias ideas y no estar condicionado inicialmente con la estética del libro de Sara.
La historia de Robot Dreams es humana, sencilla, intimista y compleja. El estilo es cartoon, muy muy comiquero. Todo eso me atrapó. Y el guión de Pablo, era absolutamente seductor.
Cuéntanos cómo es trabajar a partir del arte de una novela gráfica; ¿qué tanta libertad tuviste para reimaginar los personajes de Robot Dreams?
La novela era el punto de partida tanto para la historia como para el estilo, pero la visión de Pablo iba mucho más allá en cuanto a complejidad en ambas cosas. Queríamos respetar más o menos a los personajes principales, Robot y Dog, y esa estética de linea clara con potencia de la tinta y los colores planos. Eso nos servía para marcar el tono. Pero hasta ahí, porque después lo que buscábamos era un desarrollo más detallado y concreto de la ciudad y los personajes, estábamos haciendo una película de época que requería mucha documentación, una planificación de cámara mucho más sofisticada, y un trabajo de color e iluminación más narrativo y dramático.
Así que hubo muchísimo espacio para desarrollar el estilo de la película, siempre desde el respeto a la obra original.
En eso también fue maravillosa la generosidad de Sara, que siempre nos dio libertad y apoyo.
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